No quería perder mi tiempo viendo a un pobre gallinazo así que baje al primer piso para almorzar lo que había preparado. Cuando estaba por meter la primera cucharada a mi boca, escuche un golpe en la calamina del techo. Corrí a ver lo que había pasado y encontré al mismo gallinazo del que he hablado. Tenia las alas extendidas y una posición desafiante contra mi. Cogí un palo de escoba y lo golpee con fuerza en el cuello. El gallinazo cayo sobre la calamina con el cuello roto. Como aun seguía vivo lo remate con otro palazo en el mismo lugar. Lo moví con el palo para asegurarme que estaba muerto y luego lo empuje hacia la calle. El gallinazo quedo tirado en el piso. Un vecino que pasaba por ahí me dijo que me hiciera cargo del animal y que no podía dejarlo así nada mas. Le dije que no se preocupara, que yo me encargaría de todo.
Cuando baje para hacerme cargo del gallinazo muerto este empezó a abrir el pico sin hacer ruido y no tuve mas remedio que aplastarle la cabeza con un pisotón. Luego lo puse dentro de una bolsa y me lo lleve lejos hasta llegar a un terreno abandonado donde la gente arroja basura. Al día siguiente cuando subía otra vez al segundo piso, encontré a otro gallinazo posándose encima del mismo tanque. No le di importancia y baje al primer piso. Cuando estaba a punto de hacer mis quehaceres, escuche ruido otra vez en la calamina. Subí corriendo y encontré a ese mismo gallinazo ya mencionado. Actué como la primera vez pero el animal esquivaba los palazos que le metía. En un descuido se abalanzo sobre mi y empezó a picotearme. Lo agarre de las patas y lo lance contra el suelo varias veces. Quedo soñado abriendo el pico y haciendo sonidos de agonía. Lo agarre y lo metí en una bolsa. Salí a la calle y lo lance en el mismo basural donde arroje al primer gallinazo. Pasado una semana desde la ultima experiencia con el gallinazo subí al techo con la seguridad de que nunca mas aparecería otro animal de la misma especie. Me senté por un momento tratando de pensar porque me había ocurrido eso. Después de unos minutos me levante y mire en dirección hacia el tanque de la casa vecina pensando que vería otra vez a una de esas aves pero para mi sorpresa encontré en su reemplazo a un grupo de palomas que rodeaban a un gallinazo como si estuvieran organizando algo.
Transcurrieron muchos días después de lo sucedido, hasta que una tarde a eso de las seis, en que salí al techo de mi casa a despejar la vista, observe en el cielo a lo lejos un grupo de palomas que volaba. Al pasar todas cerca de mi y ponerse a la altura de mi cabeza empezaron a cagarme con su excremento. Entre a mi casa y me lave para sacarme esa suciedad. Al día siguiente de ocurrido el hecho clausure la puerta de entrada al segundo piso y prometí nunca mas meterme con un gallinazo.
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